Una mujer en el Vaticano

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–  Nere Basabe

Si hay una institución en el mundo en la que no se aplican cuotas ni listas paritarias, esa es la Iglesia Católica, cuya comunidad la forman, sin embargo, al menos un 50 por ciento de mujeres. Relegadas desde hace más de 2,000 años, parece que también al Vaticano empiezan a llegar finalmente tímidos vientos de cambio.

Un ejemplo de ello es Sor Nicoletta (Nicla) Spezatti (n. 1948) Subsecretaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (uno de los órganos de gobierno del Vaticano) y actual número tres en la jerarquía de la curia romana.

El Papa Francisco, al inicio de su papado, anunció que «Una Iglesia sin mujeres es como el Colegio Apostólico sin María» (1).  Para realizar esa revolución silenciosa uno de los principales báculos en los que se apoya es precisamente esa monja italiana (2), profesora de Universidad, especialista en cine y medios de comunicación (3), y una decidida militante en pro de las mujeres en la Iglesia, que siempre acude a sus audiencias con el Papa con la cabeza descubierta.

Sor Nicla está convencida de que la perspectiva femenina no sólo es necesaria y consustancial al catolicismo sino que, desde dentro, puede ayudar al cambio atajando frontalmente problemas como la pederastia, o la cuestión de los privilegios y su relación con la pobreza.  Una perspectiva, la femenina, que proviene de los propios márgenes de la Iglesia, con una mayor capacidad para la compasión y la empatía para ponerse en el lugar del otro y acompañarlo.

Con este fin, Spezzati reunió recientemente en Roma a 900 Madres Superioras del mundo entero,  De esa reunión surgió una comisión paritaria con el fin de reflexionar sobre el diaconado femenino y, la creación de la D.VA (4), la primera asociación femenina inscrita en el Vaticano.

En la Santa Sede trabajan actualmente 750 mujeres, entre monjas y seglares, y cada vez son más las que ocupan cargos de importancia, como la actual Directora de los Museos Vaticanos, Barba Jatta (n. 1962), o Flaminia Giovanelli (n. 1948), la Subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Hay un cambio posible.  Las palabras de San Pablo exhortando a «que las mujeres guarden silencio  en la asamblea» (1.Corintios 14:34), podrían pasar pronto a la historia.

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(1)   ACI Prensa (Vaticano), 23 de julio de 2013.

(2)  Pertenece a la Congregación de las Adoratrices de la Sangre de Cristo (ASC) [Sorores Adoratrices Pretiossimi Sanguinis], instituto religioso de derecho pontificio y centralizado fundado en 1834, donde ha desempeñado distintos cargos directivos.

(3)  En su tesis doctoral en la Università Cattolica del Sacro Cuore (Milán) analizó los fenómenos religiosos en la cultura de la comunicación mediática.

(4) D.VA, simplemente «Donne in Vaticano», es la sigla de la recién creada Asociación exclusivamente femenina, abierta a las mujeres empleadas de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede y sus instituciones relacionadas, seculares y religiosas, en servicio o ya jubiladas.  Su Estatuto ha sido aprobado por las autoridades competentes y por el Acto Constitutivo, firmado el 1 de septiembre de 2016, en el Gobernatorio del Estado de la Ciudad del Vaticano.  La Presidenta de la Asociación es actualmente Tracey McClure, periodista británica adscrita a Radio Vaticano.